Paulo Afonso Schwab lleva 21 años presidiendo la Asociación Brasileña de Criadores de Ovinos
La institución que preside está celebrando 75 años...
Sí, esta Asociación Brasileña de Criadores de Ovinos fue creada en 1942 por los productores, como una entidad de Asistencia a los Rebaños de Criadores de Ovinos (ARCO). Se creó para apoyar a los productores y en 1970 adquirió carácter de entidad nacional. Hoy es delegada del Ministerio de Agricultura para las pruebas zoogenéticas y para llevar los registros genealógicos ovinos de Brasil.
¿Qué datos puede brindar sobre la majada de este país?
Hoy estamos trabajando con 28 razas en todo Brasil, razas más carniceras, otras más de lana, razas productoras de carne y lana, con lanas de distintas finuras. En la Expointer hubo 14 razas en las pistas. Lo más importante es que en cada región del país, que es muy grande y con mucha diversidad de climas, hay ovinos. La oveja está en todos lados y en todos lados hace un aporte muy importante para el productor rural que la tiene. En la región noreste, por ejemplo, hay muchos ovinos, pese a que no hay frío, es una región con altas temperaturas, cuando hay 22 °C el personal se abriga. Ahí también el ovino, deslanado, está. La oveja es el animal que más se adapta, incluso en regiones inhóspitas, como en la Patagonia de Argentina, produciendo excelentes materiales.
¿Cómo evolucionó la cantidad de los ovinos y su calidad?
La situación es diferente. El material genético ha tenido una evolución muy grande. Se pudo ver en las pistas de la Expointer. En la del Texel, por ejemplo, los jurados tuvieron mucha dificultad en cada categoría porque había animales excelentes, con 300 ovinos en la pista. Hemos mejorado, nos han ayudado jurados internacionales, hemos tenido acá muchos años jurados uruguayos muy importantes, que seguirán viniendo. También ha sido muy importante el trabajo del equipo técnico de ARCO, un cuerpo técnico de 126 personas que trabaja en todo Brasil, con un entrenamiento específico para ovinocultura. La mejoría que hay en lo genético no se acompaña con el número, está estabilizado. En 1970 había un rebaño nacional de 17 millones de ovinos, de los cuales 13,5 millones estaban en Río Grande del Sur y eso se mantiene, casi no ha cambiado. En el sur siempre el ovino ha sido sobre todo para producir lana, no tanto para producir carne, que requiere otro manejo, otras escalas, otros trabajos, otra tecnología, con una tasa de natalidad muy alta y una mortalidad baja para tener la oferta. El animal de lana se esquila y vuelve a producir, y el de carne hay que faenarlo y estar reponiendo esa oferta.
Constatada la mejora genética, ¿es hora de avanzar en número?
Nuestro gran desafío en casa es aumentar el rebaño. El año pasado importamos desde Uruguay 15 mil toneladas de carne ovina. En Brasil hay un consumo de carne ovina muy bajo, 400 gramos por habitante por año. Uruguay nos ayuda a satisfacer ese mercado. San Pablo trae carne ovina desde Nueva Zelanda.
¿Qué utilidad tiene para ustedes la proximidad de Uruguay?
Acá en Río Grande del Sur el 60% o más del rebaño es Corriedale, para producir carne y lana y el Corriedale uruguayo es una referencia, como sabemos, además hay una afinidad muy grande. Nuestro sentimiento es que en el desarollo ovino debemos ser socios con Uruguay.
¿Cómo está el relacionamiento con el gobierno?
Hoy me toca presidir dentro del Ministerio de Agricultura la Cámara Sectorial de Caprinos y Ovinos. Tenemos el desafío de organizar la actividad con el objetivo de aumentar el rebaño. Hace dos años la gente de la suinocultura se propuso crecer de 24 a 26 kilos de consumo anual por persona de carne y lo lograron. Si nosotros queremos crecer dos kilos en la carne ovina y pasar a 2,4 kilos tendríamos que tener un rebaño de 50 millones de ovinos. En 1970 el rodeo de bovinos era de 70 millones y hoy son 226 millones. La suinocultura también creció, la avicultura también, violentamente, somos un gran exportador de proteína animal y el consumo total es de 50 kilos de carne por persona al año, con 30 kilos de carne bovina. Tenemos que avanzar ahora con el ovino porque hay un mercado importante que está demandando carne ovina y eso lo debemos aprovechar mejor.
¿Cuánto se paga por la carne y por la lana?
En la carne, US$ 2,17 por kilo en pie y US$ 5,58 por kilo de carcasa, esta semana. En lana nuestros precios de referencia son los que hay en Uruguay. Hay mucha lana que se produce acá y se va a la industria en Uruguay.
En lo sanitario, ¿cuáles son las principales preocupaciones?
No tenemos un protocolo sanitario, ni ovino ni caprino. Hoy, como veterinario, en Brasilia, integro el equipo que está terminando de crear un programa sanitario ovino y caprino nacional. En la Expointer fue presentada una parte que está pronta, sobre el scrapie, lo tenemos controlado, los animales que había que abatir el ministerio lo hizo y lo estamos cuidando, conformes a normas de OIE. Nuestra voluntad es que antes de fin de año esté pronto, pero hay contratiempos en Brasil, en la parte política, que a veces inciden en los tiempos de la parte técnica. Hay problemas que son, además, de la región, como el tema de la mosca de la bichera. Nos parece que, como se dice, la ropa sucia hay que lavarla en casa. Eso lo estamos haciendo. Vamos a ayudarnos. Lo importante es que la ovinocultura es en Brasil una actividad cada vez más importante, con mucho por dar, para el productor rural, sus familias y trabajadores, para todo el país y es lo mismo en todos los países de la región porque lo he visto.
La ficha
- Datos: Nació el 22 de octubre de 1947, en Cachoeira do Sul (RS)
- Profesión: Médico veterinario
- Aporte: Lleva 21 años presidiendo la ARCO, asumió en 1996
- Actividades productivas: Director de Cabanha dos Pinheiros, productor ganadero con cabaña en Hereford, Braford, Texel y Corriedale, y agricultor en los rubros arroz y soja.-
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