“La apertura de Estados Unidos para la carne ovina uruguaya con hueso estimula más el uso de cruzamientos, principalmente con algunas razas, apuntando a una carcasa más pesada y más magra”, aseguró a El País el investigador privado Gianni Bianchi, que durante casi 30 años fue investigador y docente de la Estación Experimental Mario A. Cassinoni, perteneciente a la Facultad de Agronomía.
Bianchi afirmó que existe suficiente información generada por las investigaciones de la Facultad de Agronomía en Paysandú sobre cruzamientos y calidad de carne ovina, adaptadas a las condiciones productivas de Uruguay. “Según nuestras investigaciones, desarrolladas en diferentes años, ambientes y con más de 70 carneros de casi todas las razas carniceras, hay materiales en Uruguay que se adaptarían más a la demanda que tiene el mercado de Estados Unidos por carne ovina”, explicó el investigador.
Hoy por hoy, el mercado de Estados Unidos “está abastecido por Oceanía en general y en particular por Australia”, que tiene la ventaja de contar con una carne que es reconocida por los consumidores estadounidenses, fruto de estar presente durante muchos años en ese mercado. “Estados Unidos demanda carcasas más pesadas y magras y es por eso que no se adaptarían todas las razas carniceras que se crían en Uruguay, porque hay razas que engrasan más la carcasa a los pesos que pide ese mercado”, detalló Bianchi.
Esas razas que producen carcasas con mayor cobertura de grasa tienen otros mercados para producir corderos, como es el caso de la Unión Europea o Brasil, por lo que todas las razas carniceras tienen lugar dentro de la producción de carne uruguaya.
El investigador de la Estación Mario A. Cassinoni también sostuvo que “los corderos de razas laneras, obviamente tampoco se adaptan a los requerimientos del tipo de carcasa que pide Estados Unidos y por tanto no se puede decir que cualquier cordero sirve para los compartimentos ovinos con ese destino”.
Bianchi explicó que a nivel de la Universidad de la República se estuvo trabajando a nivel de campo, de frigorífico e incluso se desarrolló un laboratorio de calidad de carne ovina que generó información inédita en el país. “Hoy se sabe, si se quiere leer, porque está todo publicado, qué factores afectan el ph (acidez), la terneza, el color, el sabor y el flavor de la carne ovina y por tanto se puede actuar sobre cada una de esas características. No se puede decir que no hay nada de investigación nacional en calidad de carne”.
Defendiendo la idea que en Uruguay “sí existe investigación”, el asesor recordó que hay suficientes publicaciones y datos adaptados a las condiciones de la producción ovina de Uruguay en los que ampararse para llegar con el tipo de carcasa y la calidad de carne que piden los mercados y a su vez brindar herramientas para el desarrollo de diferentes sistemas de producción de carne en el país.
La apertura de Estados Unidos para la carne ovina con hueso servirá también para destrabar el ingreso de otros destinos, como la Unión Europea, México e Israel, que hoy no admiten el producto, argumentando que Uruguay es un país libre de fiebre aftosa con vacunación. Desde el punto de vista sanitario tiene un enorme peso, por las exigencias sanitarias y de certificaciones que debe sortear el producto. La valorización será un segundo paso una vez afianzado el mercado.
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